Jesús como el mejor maestro usa figuras conocidas y cotidianas para su enseñanza de una forma muy gráfica y didáctica, en este caso figuras de la agricultura y ganadería, frecuentes en la Palestina del Nuevo Testamento.
Por otro lado usa una forma retórica característica y verdaderamente única en su comunicación, como es la parábola.
Por ejemplo, en el evangelio de Juan encontramos tres parábolas, a saber la parábola del buen pastor, Jn 10:1-18; La parábola del grano de trigo, Jn 12:23-26 y finalmente la parábola de la viña, Jn 15:1-5.[1]
Jesús recibió una educación destacada para la época, fue considerado por todos como maestro o Rabino, Jn 3:2. El contexto de aprendizaje trascendía un lugar físico concreto y cerrado, sino que el mismo entorno servía como apoyo pedagógico, cuestión que Jesús también usó, en sus conocidas parábolas.[2]
El contexto era muy importante en la enseñanza, tal como hemos visto en el curso; las fiestas contribuían a este contexto ya que no solamente eran festividades nada más, sino que tenían un doble propósito, también didáctico. Especial mención se ha de hacer del Sabbath ya por su frecuencia semanal y por las implicaciones teológicas y espirituales para el pueblo y la familia que rememoraba el pacto de Dios con su pueblo.[3]
Dicho lo cual, Cristo Jesús predicaba como era costumbre en las sinagogas por su condición de maestro, explicando la Torá, el resto de las Escrituras y especialmente a los Profetas, que se hacía necesario máxime cuando la lengua vehicular era el arameo y las Escrituras en hebreo.
Así que se hacía necesario explicar de forma oral la Escritura y además hacerla entendible y aplicable a la vida diaria, lo cual es compatible con una forma de comunicación adecuada. En este contexto Cristo además lo hacía de una forma magistral, contextualizando y haciendo viva la enseñanza, en particular usando las parábolas.
Esta forma literaria persigue por medio de comparaciones e ilustraciones que el mensaje sea más educativo e incluso sorpresivo despertando y aumentando el interés y la comprensión del oyente.[4]
Este fue el método educativo más frecuente de Jesús, lleno de imágenes, que permitían escuchar más activamente y recordar el mensaje y que hacían que las demás personas se “metieran en las historias”. Las multitudes sabemos, salían maravilladas de su enseñanza, Mt 7:28 pero también causó rechazo, Lc 4:29. Tal es así que incluso Marcos indica que Jesús “sin parábolas no les hablaba”, Mc 4:34.
En sus enseñanzas Jesús incluía principios morales y éticos, relacionándose de forma particular con la praxis de la Ley en la vida diaria, de forma que la persona caminara o se comportara conforme a las exigencias de la Ley, Mt 6:17-18. A su excelente capacidad docente como Hijo de Dios en su autoridad sobre el mismo objeto de enseñanza, cual es la Escritura, añadió el verdadero y correcto sentido de su interpretación, enfatizando también al espíritu de la Ley y no sólo a “su letra”.[5]
[1] Samuel Pagán, Jesús de Nazaret: Jesús de Nazaret: Vida, enseñanza y significado, (Tarrasa: Libros CLIE, 2012), 259.
[2] Samuel Pagán, Jesús de Nazaret: Vida, enseñanza y significado, (Tarrasa: Libros CLIE, 2012), 94.
[3] Samuel Pagán, Jesús de Nazaret: Vida, enseñanza y significado, (Tarrasa: Libros CLIE, 2012), 103.
[4] Bailey, Kenneth E, Jesús a través de los ojos del Medio Oriente, (Grupo Nelson, 2012), 77.
[5] Samuel Pagán, Jesús de Nazaret: Vida, enseñanza y significado, (Tarrasa: Libros CLIE, 2012), 158.
Como hemos visto, Desde un punto de vista formal, Jesús como maestro usó un lenguaje apropiado a su contexto lo cual debemos de usar siempre nosotros.
Pero donde definitivamente Jesús se diferenciaba claramente del resto de líderes que desgraciadamente encontró en su pueblo y lo que ocurre también en nuestro mundo actual según se observa en muchos medios modernos de comunicación, es lo relacionado con la ética. En Israel, muchos maestros y falsos pastores se aprovechaban de las ovejas, es decir se pueblo y buscaban solo satisfacerse a sí mismos.
En cambio cristo Jesús busca el bien de su pueblo y da su vida por los suyos a los cuales pastorea, que nos recuerda el Salmo 23, quien finalmente reinará como pastor de Israel.[1]
Por usar un ejemplo de su forma de comunicación adaptada al contexto, aparece la figura del pastor, que es repetida en la Biblia indicando la guía y cuidado que esta figura del ambiente ganadero de Palestina ejercía por el rebaño.
Esta parábola al igual que la del grano de trigo, que para dar fruto, tiene que caer en tierra y morir, para fructificar, indica la naturaleza de la obra de Cristo que entrega su vida, hasta la muerte, como el grano de trigo, para dar fruto, en este caso por su pueblo indicando su obra sacrificial.[2]
De la misma forma en la parábola de la viña, se habla del cuidado de Dios, y de la cercanía y dependencia para dar fruto, en tal medida, de que se ha de permanecer unido a Cristo, al igual que el pámpano en la vida para dar fruto.[3]
Incluye de nuevo comparaciones con el contexto agrícola de la Palestina de la época de Jesús, en este caso las vides han de ser cortadas para quitar las hojas secas y limpiadas, para dar fruto abundante.
Jesús en su edad adulta y su ministerio fue un maestro y predicador con un mensaje lleno de autoridad, no solo por su conocimiento sino como estamos diciendo por su integridad; Es la forma en la cual nosotros debemos andar, con conocimiento de la Palabra de Dios, con verdad e integridad. Este conocimiento e integridad son las que en su proceso de enseñanza y comunicación transformaban al oyente, no dejaba indiferente.
Como buen maestro usaba instrumentos pedagógicos que encontraba a su alrededor, como la geografía, la cultura, usos y costumbres, y la propia naturaleza, lo cual debemos tambien usar a nivel ministerial en nuestros contextos eclesiales.
El Señor usó exageraciones para enfatizar una enseñanza, típicas de los semitas de la época, “Si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti, pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno”, Mt 5:29; hipérboles o acciones imposibles de realizar, “Guías ciegos, que coláis el mosquito y tragáis el camello”, Mt 23:24.
También Jesús usó juegos de palabras, precisamente en el versículo anterior de Mt 23:24, en el original dice, “coláis” es “galma” y “tragáis”, “gamla”. También el Señor usó la figura retórica llamada símil, que es una comparativa entre dos cosas, “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia”, Mt 23:27. De la misma forma, usaba metáforas, o comparación entre dos cosas fundamentalmente distintas, como “Vosotros sois la sal de la tierra”, o “Vosotros sois la luz del mundo”, Mt 5:13-16.
También el Señor usó proverbios, normalmente de una sola frase, como “Donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”, Mt 6:21 y enigmas que es un dicho común o típico que incluye sabiduría donde la persona que lo dice reta al oyente a que adivine su significado, “Yo derribaré este templo hecho a mano, y en tres díasedificaré otro no hecho a mano”, Mt 14:58.
[1] John MacArthur, Biblia de estudio MacArthur, (Michigan: Ed. Portavoz, 1960), 1603.
[2] Donal Guthrie, D.J. Wiseman, J.A. Motyer, Alan M. Stibbs, Nuevo comentario bíblico, (Londres: Casa Bautista de Publicaciones, 1992), 893.
[3] Charles Kingsley, El evangelio según san Juan, (Londres: Ed. SPCK, 2003), 715.