En el capítulo 12 continuamos con una batalla, en este caso espiritual. Se trata de la aparición de la figura del dragón, figura del diablo donde imita la trinidad de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo de una forma burda y grotesca. Otra figura hace presencia, se trata de una mujer que está de parto simbolizando finalmente a la misma iglesia. En esta capítulo encontramos todo un escenario de la oposición de Satanás, no solo a Dios, sino tambien a los creyentes a través de las generaciones, ya que tenemos una referencia a la primera venida de Cristo en su nacimiento y por otro lado a la derrota del mismo diablo.
Respecto a la trinidad satánica, encontramos además del dragón, a una primera bestia que sale del mar, teniendo en cuenta que el mar en la antigüedad era una zona misteriosa y pretensiblemente llega de seres mitológicos o terroríficos, bien se puede interpretar que esta bestia asume estos adjetivos. El dragón delega en esta bestia su autoridad, con lo que bien podríamos estar hablando del anticristo ya que usa simbolos compatibles con Daniel capítulo 7. Hay una curiosa referencia a la herida de esta bestia y es su herida mortal que fue sanada, por lo que vemos aquí de nuevo una burda imitación al sacrificio de Cristo, con lo que llega a engañar a mucha gente e influenciando a todo el mundo culminando con un periodo de gran tribulación al final de la era de la iglesia. Apocalipsis aquí nos revela que una de las señales claras de los últimos tiempos es la división de la humanidad entre creyentes y detractores de Jesús, entre un aumento de los cristianos y una oposición escarnecedora del cristianismo.
Aparece en escena también una segunda bestia, en los versículos 11 al 18 del capítulo 13, en este caso no viene del mar, sino de la tierra, encontramos en este caso una parodia del Espíritu Santo; Las referencias a que esta bestia hace caer fuego del cielo y hace falsas señales nos recuerdan a la venida del E.S. en lenguas de fuego y a los milagros que se dieron lugar en pentecostés. La última acción de la bestia es sellar a todos los incrédulos con una marca en la mano derecha o en la frente, de nuevo una imitación del sello que Dios pone a los creyentes presentes en Ap 7:3. No entraremos en el significado del 666, ya que puede tener muchas interpretaciones y es facil equivocarse, lo que si es cierto es que si el número 7 es el número perfecto en la simbología bíblica, el 6 es número imperfecto o número de hombre (no llega al 7), con lo cual este número 6 que se repite tres veces, es un triple intento de imitar la perfección de Dios que identifica a Satanás y su falsa trinidad, tal y como estamos diciendo.
En todo este orden de cosas, en el capítulo 14 encontramos una victoria del Cordero, que simboliza Jesús sobre esta falsta trinidad; Esta victoria anuncia la redención del pueblo de Dios, el juicio de los que han sido marcados por la bestia y finalmente la cosecha de la tierra, preparando una última serie de siete juicios como son las siete plagas finales. Aparecen en escena también tres ángeles, el primero anuncia el cumplimiento de la gran comisión (Mt 28:16-20), el segundo ángel declara entonces el juicio contra el imperio de satanás que ha establecido en el orden mundial, el tercer ángel declara la condenación de los que han sido engañados y sellados por la bestia satánica. Por otro lado aparecen también una simbología representada por dos cosechas, puede ser interpretada bien como un juicio bien positivo o negativo, lo cierto es que aparece un juicio de Dios a la humanidad relacionado con la posición de ser amigos o enemigos de Dios; La figura última del lagar de todas formas destaca un severo juicio contra los enemigos de Dios.
La última seria de siete juicios aparece en el capítulo 15 representado por siete copas que son derramadas que nos recuerdan a los juicios y plagas en Egipto, si bien ahora el alcance es universal; Estos juicios son ineludibles, la humanidad intenta escapar de ellos pero no es posible, así también la gran ciudad que repesenta el imperio anticristiano también es destruida y así llegamos hasta el capítulo 17 donde Cristo no sólo vence sobre los poderes terrenales de este mundo, sino también contra los poderes malignos espirituales. La gran ramera aparece en escena, representa una ciudad, que bien pudiese ser Roma por las referencia geográficas de las 7 colinas que reina con un poder político, militar, religioso y finalmente económico sobre la humanidad. Esta alusión a la prostitución hace referencia a la infidelidad, en este caso la infidelidad del mundo hacia Dios. Los mercaderes de la tierra que aparecen aquí representan un mundo que busca su propio interés y beneficio por encima del bien de los demás y en oposición directa a Dios y sus mandamientos. Está clara en mi opinión que los poderes políticos y religiosos se han sometido al poder económico mundial, y este poder no es finalmente beneficioso, sino es la prevalencia de los ricos sobre los pobres, de los poderosos del mundo sobre el resto de la humanidad. La escena de Apocalipsis es clara y no se queda aquí, sino que declara el desmonoramiento de este orden mundial por la acción de Dios, que aparece en el capítulo 19.
En el capítulo 19 vemos la instauración del reino de Dios y su segunda venida, aquí aparece esta caidad de Babilonia (ciudad tipo que se opone a Dios), y de Roma como tipo de este orden mundial. Cristo aparece venciendo y vencedos bajo la figura de un jinete motanto un caballo blanco. Este orden mundial y sus aliados reaccionan en una batalla final (Armagedón) para hacer oposición a Cristo y su iglesia, es una batalla no solo física sino espiritual que Cristo gana facilmente sin que haya ninguna baja entre los creyentes.
En el capítulo 20 aparece el milenio, un periodo donde el poder de Satanás y él mismo serían anulados (encadenados), al final de este periodo sería de nuevo liberado, con la capacidad de engañar a las naciones por última vez. Llegados a este momento aparece un gran trono blanco donde aparece un juicio contra los que no han creido en Cristo Jesús y porque sus nombres no han sido hallados en el libro de la vida, ambas cuestiones son la misma, la incredulidad.
Finalmente en el capítulo 21 y 22, aparece la escena de un estado final y eterno, simbolizado por “cielos nuevos y tierra nueva”; Aquí no hay mar, (no hay estos peligros que simbolizaban el mar como vimos anteriormente), el mismo Dios está en medio de su pueblo en una comunión perfecta. Aparece también la nueva Jerusalén en escena, con un simbolismo arquitéctonico parecido al Templo de Jerusalén.
Apocalipsis termina recordando la segunda venida de Cristo y haciendo una llamada a todo aquel que lee el libro, y no es otra que todas estas revelaciones indican la victoria de Cristo Jesús sobre Satanás y el orden mundial tan negativo que ha establecido y que aún conocemos, un orden injusto y económicamente insolidario de maldades propias de este adversario maligno; Así que la única respuesta es creer en Cristo Jesús y aceptar su salvación, ya que en definitiva Jesús será el único, final y definitivo vencedor, su reino será eterno y por tanto el que lea este libro quedará advertido. La única respuesta debería de ser aceptar al único y verdadero Señor, que es Jesús, y por tanto aceptar su salvación y señorío.
José A. Cervero 2019
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