La humanidad tiene un problema con Dios, se ha alejado de su creador, pensándo que no lo hay, que es más bien una invención humana, pero lo que no es una teoría es que el hombre está actualmente en un estado de corrupción moral y espiritual sin precedentes históricos, si no lo crees no hace falta más que mirar a tu alrededor. La solución que el mismo Dios nos da es volver a tener una relacion con Él, volvernos a nuestro creador pero para ello necesitamos restaurar nuestra relación con Él, lo que la Biblia llama ser justificados.
¿Que es entonces la justificación y porqué necesitamos ser justificados? Veamos lo que la Biblia dice sobre ello:
En este caso la justificación es la acción de Dios al declarar al pecador como recto, mediante su perdón. La justificación se entiende en el concepto de rectitud, es decir, una persona es recta cuando vive conforme a la norma o los criterios establecidos en una relación, en este caso al hablar de la relación con dios, esta medida de criterio y rectitud está dada por Dios.
Así que Dios justifica al impío y lo declara recto, Ro 3:26 en base no a las obras de la ley, sino en base a la muerte expiatoria de Cristo Jesús en la cruz del calvario. Cristo nos hizo justos al morir en la cruz por nuestros pecados, Su justicia es ahora la nuestra.
Ciertamente la doctrina de la justificación es una cuestión importante para los cristianos, por otro lado clave de la separación entre católicos y protestantes, básicamente la cuestión aquí si el que cree es justificado en el instante de la conversión o es un proceso.
La iglesia católica aposta por la doctrina del padre de la iglesia Agustín, donde traducía del griego griego dikaioō, “hacer justo”, y donde también en el acto del bautismo Dios “infundía”, el carácter de Cristo a la persona comenzando un camino hacia la justificación pero sin serlo del todo en ese momento, así que hasta que una persona muriera no se puede saber exactamente si había sido justificado hasta el punto de salvarse o no en función de sus obras; y aquí está el error:
Considerando que Agustín no era experto en griego sino en latín, es evidente que se equivocaba y no sólo eso, sino que abrió el camino para doctrinas que no aparecen en ningún lado en la Biblia como el auxilio de la virgen María, que aporta buenas obras al creyente en ella en virtud de sus obras (las de María) imputadas al creyente o que la justificación es también por obras.
Entre otros, Lutero fue quien entendió la escritura, ya que él si sabía griego perfectamente, y entendió correctamente que dikaioō no significa hacer justo sino declarar justo, por tanto la justificación es posicional y no tanto o sólo un cambio de carácter, donde el hombre es justificado por su “sola” fe en Cristo Jesús, conforme a Ef 2:8-9, dicho de otra forma, el creyente es una persona declarada justa, pero pecadora en la práctica, 1 Jn 1:8-10.
(Efesios 2:8-9)
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Más importante que todo esto en realidad es ver por nosotros mismos lo que la Biblia dice, y el mismo Pablo uso este verbo 14 veces y su sustantivo unas 52 veces, además del verbo que se encuentra en Romanos y Gálatas solo en 1 Corintios 6:11 y Tito 3:7, donde la justificación como una bendición que ya podemos gozar los creyentes aquí y ahora, cf. a Ro 5:1, 9, 1 Co 6:11, donde dice “ya habéis sido justificados en Cristo Jesús”, donde no tenemos que esperar a morir, como dice Agustín o la iglesia católica para recibir este don o regalo de la vida eterna, así que también como dice Ro 8:33-34, “si Dios es quien justifica, ¿Quién condenará?”.
Así que no necesitamos ningún purgatorio, simplemente no existe, ni ningún auxilio más, ni nadie aparte de Cristo que medie por nosotros, » Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, » (1 Timoteo 2:5), y » en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos » (Hechos 4:12) y este sólo es Jesús de Nazaret.
Este tema no es solo una cuestión doctrinal, sino también importante para el desarrollo de la vida cristiana, ya que cuando nos enfocamos en nuestra posición (somos justos), es cuando empezamos a pensar y vivir como lo fuésemos.
Es decir es una cuestión de enfoque, la vida cristiana no va ser la misma en alguien que se enfoca en la vida pasada, en su anterior y mísera condición espiritual respecto de la persona que se enfoca en la nueva vida, o nueva condición (nos convertimos en lo que pensamos y en aquello que aceptamos como nuestro) y esta debe ser la siguiente: Que ya somos justos delante de Dios, 2 Co 3:18, Ro 6:1-10, “así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos en Cristo Jesús Señor nuestro”, por eso concluimos que para los creyentes reformados o protestantes no cabe duda de que la justificación es el corazón mismo del evangelio.
Y tú, ¿estás justificado delante de Dios?
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