Y sin embargo nació…

Y sin embargo nació…

Jesús definitivamente no nació en un 25 de diciembre, ya todos sabemos a estas alturas que tiene que ver más que nada con las saturnales romanas y que comenzaban el 17 de diciembre y finalizaban el 23 con un sacrificio en el templo de saturno, al pie de la colina del capitolio romano, la zona más sagrada de Roma, seguido de un gran banquete donde todo el mundo estaba invitado.

jesus nacio

Si bien, hasta el Concilio de Nicea, en el año 325, las iglesias cristianas eran incendiadas, quienes profesaran la religión cristiana eran perseguidos y su patrimonio era confiscado, su sucesor el emperador Constantino se convirtió al cristianismo y así una tras otra todas esas antiguas celebraciones paganas acabaron convertidas en fiestas cristianas, transformando la festividad del Sol Invictus del 25 de diciembre en el día de Navidad, y con ella celebrar el nacimiento de Jesús.

Así que los cristianos verdaderos, los que separamos iglesia y estado, los que creemos no por experiencia religiosa, sino por un encuentro personal con Cristo Jesús, no celebramos la Navidad por un legado simplemente histórico o como una fiesta más, donde nadie sabe que está celebrando.

Quizás se celebre todo un gran sin sentido, pero como alguien anónimo decía: Lo importante es celebrar. Pero yo me pregunto, Si, ¿pero qué?.

Y sí, Jesús no nació en diciembre, pero lo importante es que nació y nació en un pesebre, aunque era Rey de Reyes y Señor de Señores, y sí: Lo importante es que vino, que se hizo hombre y habitó entre nosotros, y que vino a salvar lo que se había perdido….(Lucas 19:10), » Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. «, a tí y a mí.

A salvarnos de un mundo perdido y sin sentido, de guerras, de hambre, de injusticia, de persecución, donde a pesar de todos los esfuerzos, y el paso de los siglos, no hay nada nuevo bajo el sol. Quizás a salvarnos de nosotros mismos, que nos convertimos en nuestros peores enemigos y el de los demás.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Juan 3:16-17)

Sí, el vino, vino a nosotros, a los suyos vino, pero no le recibimos:

En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios (Juan 1:10-12)

Por tanto lo importante no es donde, ni cuando nació, sino que nació.

Para muchos de nosotros que creemos no por religión, ni por tradición, sino por convicción, el nacimiento de Jesús es de lo más importante, y sí que podemos ser consecuentes y celebrar estos días, celebramos con sentido algo important: Que Jesús vino para darnos una nueva vida, una vida diferente, y esto es una realidad que trasciende. Como decía el final del último versículo, » Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios » y «yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia » (Juan 10:10)

Que Dios te bendiga.

José A. Cervero 2018

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